QUERIDO CARLOS COLOMO

Me comunican que ha fallecido Carlos Colomo , uno de tantos luchadores antifranquistas que merecen el reconocimiento a los que lucharon en la transición de la dictadura a la democracia. El sabiendo su inminente final dejo un escrito a modo de testamento vital y político, https://www.fronterad.com/ningun-pueblo-salva-al-pueblo-las-cinco-muertes-de-jesus-maria-colomo/

Yo le escribí esta carta que ahora publico a modo de homenaje y reconocimiento.

QUERIDO CARLOS

No sé si es una despedida o un hasta siempre como me dijiste el otro día. Lo que si se es que no voy a esperar a decirte todo lo que nuestra amistad merece.

No sé si la Transición dio pie al malhadado “régimen del 78” o al mejor periodo de la democracia en España, (ambos, creemos esto último) lo que sí sé que fue un periodo muy fructífero para conocer a grandes personas.

Nos conocimos en Barcelona en 1976, tu venias de Navarra yo de Vizcaya, ambos con ganas de dar el empujón final a la dictadura franquista. Jóvenes y revolucionarios, y todavía hoy rebeldes como me recordabas. En esas trincheras se forjó nuestra, ya larga, amistad.

No es el momento de contar batallitas porque nosotros ya las vivimos e hicimos lo que teníamos que hacer. Te diré que para mí fue un lujo conocer a los que estabais al frente de nuestra organización (ORT). Avelino Hernández, Jos Sagues y  tú erais para los más jóvenes (Rizos, Juli, Manel, Eduardo, Jesús…)  una gran referencia: combatividad, sacrificio, entrega, inteligencia, humor y sobre todo honestidad que perduró más allá de los oscuros años de la Transición.

Tuve la suerte de vivir con vosotros, contigo y con Feli, todo un honor .Para mi fuisteis y sois como mi familia de Barcelona: cariño, comprensión y alegría, todo eso  a pesar de las penurias de los “liberados,” a veces teníamos que escondernos del casero y comíamos con más imaginación que el personaje de El Buscón de Quevedo, como olvidarme del hueso del jamón que traías del pueblo y que tanto bañarle quedaba traslucido.

No puedo olvidar de como arriesgaste el dinero, trabajo  y algo más para montar una clandestina imprenta-tapadera junto al cabaret El Molino en Poble Sec junto con otros abnegados camaradas. Siempre pensé que podías camelar al más perspicaz “madero”.

Celebramos la llegada de la democracia en Barcelona, el congreso de CCOO de Barcelona  el “Ja Soc aquí” de Tarradellas, creo recordar que ya había nacido la Nora y la llevabais a todos los saraos de aquellos tiempos, la pancarta gigante que hicimos para la diada del 77, la campaña electoral del 15 de junio, donde unos meses antes pateamos toda Cataluña con  la furgoneta de un camarada discapacitado, con fotocopiadora dentro que enganchábamos la luz donde podíamos  para recoger firmas y podernos presentar a las elecciones . Toda una aventura, pero acciones clave para después disfrutar de las libertades.   

La verdad, años después me di cuenta de todo lo que había aprendido con vosotros.

Cuando acabó nuestro tiempo regresamos a la “vida civil”  y tuvimos que recomponer nuestras vidas, acabar estudios, buscarnos la vida, sin renunciar al compromiso sociopolítico, ahora de otra manera, menos intensa pero igualmente desinteresada.

A lo largo de estos años  hemos seguido viéndonos, y yo abusando de vuestra hospitalidad y generosidad  iba cíclicamente apareciendo por la masía de Sant Celoni  con amigos de todo tipo, que después siempre os han recordado con cariño.

 Una de las más singulares fue cuando participamos llevando una exhibición de Txalaparta en las campas del Montseny dentro del programa “Viu al Parc” con el que habías contribuido con una magnifica instalación. Una muestra de tu amplitud de mente, donde se conjugaba la diversidad cultural de este País, tú ya me entiendes. 

En esos viajes también disfrutaba de tus inacabables proyectos, de la granja escuela donde trabajaste, de tu carrera de escultor, tus premios, tus exposiciones, tus fantasías…

Siempre vinculando el arte con reflexiones vitales, te obsesionaba el dolor de un padre ante su hijo muerto. Yo conocía la historia pero no fue hasta el año pasado cuando entendí en profundidad el mensaje. En la mesa redonda sobre “Violencia y arte” organizada por el Centro Memorial de Víctimas del Terrorismo junto con José Ibarrola y Aixa Portero oí por primera vez la historia completa. Ya conocía  que a tu hermano le asesinó ETA con acusaciones gratuitas, sabía que fuiste a Ordizia  con otro camarada a exigir la condena de la corporación, cosa que conseguiste salvo la abstención de sus correligionarios, ya sabía que la joven viuda estaba embarazada y que te trajiste a toda la familia y montasteis un bar para sobrevivir , lo que no sabía es que dedicaste grandes esfuerzos a convencer a tu padre para que no le arrastrase el deseo de venganza, que no le corroyese  el odio que le destruía. Entonces entendí que aunque el arte siempre había utilizado el dolor de la madre, la figura del padre podía expresar también ese dolor, esa injusticia, ese ¿Por qué? que espero puedas representar en una escultura.

Cada cierto tiempo hemos tenido largas conversaciones telefónicas, siempre intentando arreglar el mundo. Somos de la vieja escuela y ya no vamos a cambiar, somos internacionalistas y buscamos las causas comunes de los trabajadores, no entendemos las “soluciones  parciales”. No entendimos el plan Ibarretxe, tampoco el procés.

Pero estamos siempre dispuestos a defender los derechos humanos hasta de los que no piensan como nosotros, eso es una de las grandes lecciones que aprendimos en la lucha antifranquista, en la trinchera de Barcelona, Hospitalet, el Maresme, Tarragona, Lleida…

Y como me decías seguimos rebeldes y seguiremos ahí dando la cara aunque nos la rompan  como bien recordabas, como en las manifestaciones del 1 de mayo del 76 y eso sí que eran cargas policiales.

Pero también hemos sabido disfrutar de la vida, de la naturaleza, de la cultura, de los amigos (como bien contaba el libro de Avelino” Mientras cenan con nosotros los amigos”)

Buenos momentos compartidos en Euskadi y Cataluña, entre otros el concierto de tu hijo Joan Colomo  en Bilbao.

«Amigos para siempre» que cantaba la rumba.

Querido Carlos, dales un fuerte abrazo a la Feli, la Nora, el Joan de mi parte y que ya saben que en Bilbao tienen su casa.

Hasta siempre camarada.

MIKEL TORAL           Bilbao, 17 enero 2021